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Esquizofrenia

Años más tarde se puso de manifiesto que el trastorno descrito como «demencia precoz» no conduce necesariamente a un deterioro mental, ni solo afecta a personas jóvenes,​ y en 1908 el psicólogo suizo Eugen Bleuler sugirió que el nombre era inadecuado, porque el trastorno no era una «demencia», es decir, no llevaba necesariamente a un deterioro de funciones mentales como en la demencia senil tipo enfermedad de Alzheimer; muchos pacientes sí mejoraban y además, ocasionalmente se iniciaba en personas maduras. Bleuler sugirió la palabra «esquizofrenia» para referirse a una escisión de los procesos psíquicos consistente en la pérdida de correspondencia entre el proceso de formación de ideas y la expresión de emociones y para diferenciarlo de la enfermedad maníaco-depresiva, en donde la expresión de las emociones de los pacientes refleja con precisión sus pensamientos mórbidos. Hizo hincapié en que el trastorno fundamental era el deterioro cognoscitivo y lo conceptualizó como una división o «escisión» en la capacidad mental y propuso entonces el nombre con el que se conoce el trastorno hasta hoy.
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Sugirió también dos divisiones con respecto a la sintomatología de la esquizofrenia: la primera constituida por síntomas fundamentales, básicos, específicos o permanentes que estaban presentes en todos los pacientes y durante toda la evolución del trastorno, denominados: 'principales', y la segunda agrupaba los síntomas accesorios.​ Los síntomas fundamentales de Bleuler constituyen «las cuatro aes»:(Afecto embotado, Autismo, Disgregación en las Asociaciones de ideas, y Ambivalencia)​

A Disgregación en las Asociaciones de Ideas
Afectividad aplanada
Ambivalencia y
Autismo

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Auditorio escuchando una disertación académica en Bogotá-Colombia 2011. En primera fila puede observarse una mujer junto a su muñeca.
Los síntomas accesorios incluían las ideas delirantes o delirios, alucinaciones, alteraciones del lenguaje y la escritura y los síntomas catatónicos, entre otros.​ Destaca que aquellos síntomas que llaman más la atención -como los delirios y las alucinaciones- Bleuler los considera «accesorios». Esa distinción es adecuada, porque la gravedad del trastorno tiene relación precisamente con las características de laxitud en las asociaciones, embotamiento afectivo y autismo, los síntomas fundamentales para Bleuler.

Bleuler también agrupó a los síntomas de la esquizofrenia en primarios —producidos directamente por la esquizofrenia— y síntomas secundarios, que se deberían al intento del organismo para adaptarse a los síntomas primarios.

Síntomas positivos y negativos
Existe debate sobre si la división clásica entre síntomas negativos y positivos la formuló primero John Russell Reynolds o John Hughlings Jackson. En 1853 Reynolds, estudiando la epilepsia, publicó un artículo en la que distinguía entre síntomas positivos que consideraba como «meras acciones vitales modificadas», y negativos, que consideraba «como la negación de propiedades vitales». Por entonces, en 1875, y para Jackson, en el mundo de la neurología, los síntomas negativos eran producidos por una lesión, mientras que los síntomas positivos eran ocasionados por tejido no dañado que trataba de compensar las pérdidas, ocasionando en último término un desequilibrio.
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De Clérambault introdujo por primera vez en el ámbito psiquiátrico la clasificación que distinguía entre síntomas negativos y positivos en 1942. Clérambault solía considerar los síntomas positivos como fenómenos intrusivos (alucinaciones y delirios) y a los síntomas negativos como fenómenos inhibitorios (deterioro del pensamiento y la atención).​ Durante la primera mitad del siglo XX esta clasificación se mantuvo discretamente, y solo en la década de los 80, gracias a los trabajos de Tim Crow, se volvió a dar difusión a los conceptos que distinguen entre síntomas negativos y positivos.

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